31 agosto 2010

Mudanza

A partir de hoy, cierro este blog. Con lo poco que escribo, se ha convertido en algo absurdo mantener dos blogs, así que he decidido combinar ambos en uno solo. Si todavía queda por aquí quien lea esto, que sepais que a partir de hoy me encontrareis en el lycosaedro.

Gracias por todo y disculpad las molestias
26 febrero 2010

Mi niño no me lee nada (II)

En el anterior artículo, hablábamos de leer un rato todos juntos. Claro que para eso hay que tener libros que leer, así que vayamos a adquirirlos. Hablemos de librerías...

No le compres libros.

Sí, sé que parece contradictorio con una serie de artículos que pretenden ayudar a motivar el proceso lector, pero permitidme que lo explique del todo antes de echarme a los leones.

No le compres libros. En vez de eso, dedícale una tarde (o una mañana, si no hay "cole") e iros juntos a una librería. Seguro que tienes alguna que es tu preferida. Convierte esa pequeña excursión en un momento único. Disfruta charlando con él/ella durante el trayecto. Que sea algo especial, no un punto más en el itinerario de supermercado-tintorería-academia de inglés. Los sábados por la mañana son maravillosos para ello. Una vez en la librería, ármate de calma y paciencia. Las primeras veces es posible que no esté acostumbrado a vuestro nuevo momento lector, así que le va a resultar algo un tanto extraño. Y ahora, ofrécete a comprarle un libro. Pero, y aquí viene el quid de la cuestión, no se lo compres tú. Déjale vagar entre los estantes, pasear entre páginas lomos y portadas, y que sea él quien escoja su lectura. Anímalo a ello. Pero que no se sienta observado ni vigilado. Aprovecha tú también ese rato para echar un vistazo. Al fin y al cabo, la idea es que disfrutéis ambos de la experiencia.

Tras un buen rato (o en unos segundos, depende de su manera de ser), aparecerá con un libro. Y ahora llega el momento más delicado. Es el momento en que él/ella espera esa mirada reprobatoria, ese comentario que desautoriza su elección, ese instante de frustración porque no ha cumplido tus expectativas. El libro es demasiado sencillo, demasiado infantil, demasiado complicado, demasiado raro, demasiado... No es el libro que tú hubieras escogido para él/ella.

¿Y qué?

Es el libro que a él/ella le ha llamado la atención. Algo en ese libro le ha parecido atractivo, interesante, simpático, misterioso, sugerente... En definitiva, esas cualidades que hacen nacer el amor y el afecto cuando nos relacionamos con otras personas... y también cuando lo hacemos con los libros.

No te estoy pidiendo que le dejes escoger cualquier cosa. Evidentemente, hay temas que , de acuerdo a tu opción moral o religiosa, consideras que aún no son adecuados para él/ella. En ese caso, explícaselo. Dile que crees que el tema que trata ese libro no te parece bien todavía. Todavía es una palabra importante. Todavía dice que más adelante quizás sí. Todavía invita a nuevas aventuras lectoras en el futuro.

Lo que sí te estoy pidiendo es que no bases tu prejuicio contra el libro en tus gustos lectores, en la sencillez o dificultad de la obra. Él/ella no es tú. Tiene sus propios gustos, sus propios intereses. Si es demasiado sencillo, magnífico; en breve podrá decirte, orgulloso/a de su logro, que ha terminado el libro que se compró y si le ha gustado o no. Si es demasiado complejo, no te preocupes, no repetirá ese error. Pero más vale que lea medio libro (o un cuarto, o una décima parte, tanto da) porque a él/ella le apetecía que ninguno porque es el que tú le has escogido.

¿Permitirías que alguien te escogiera tus amigos basándose en sus preferencias personales sin tener en cuenta tu opinión? ¿Verdad que no? ¿Qué más da si tu amigo no es brillante si le quieres igual? ¿Qué importa si es complejo y rebuscado si es por esa persona por la que sientes afinidad? Pues eso... ¿No has escuchado nunca aquello de que un libro es como un buen amigo?

Resumiendo, la propuesta es la siguiente: No le compres libros, deja que sea él/ella quien los escoja y acompáñale en el proceso. Y sobre todo, disfrutad juntos de la experiencia.
26 enero 2010

Mi niño no me lee nada (I)

Para empezar una técnica de lo más sencillo: la gestión del tiempo.

Muy a menudo nos encontramos con uno de esos temas espinosos y delicados: la falta de tiempo para leer. Dice Pennac en su Como una novela:
¿De dónde sacar tiempo para leer? Grave problema. Que no lo es. Desde el momento en que se plantea el problema del tiempo para leer, es que no se tienen ganas. Pues, visto con detenimiento, nadie tiene jamás tiempo para leer. Ni los pequeños ni los mayores. La vida es un obstáculo permanente para la lectura. [...] El tiempo para leer es siempre tiempo robado (al igual que el tiempo para escribir, por otra parte, o el tiempo para amar).
Bien, pues mi propuesta de hoy va en esa dirección. Si el tiempo para leer es siempre tiempo robado, vamos a cometer un robo. O más bien una serie de robos, que trataremos en distintos momentos. Pero el de hoy va a ser un robo al más puro estilo Hollywood, un robo organizado, planificado y llevado a cabo por uno de los mejores equipos que conocemos: nuestra propia familia. Vamos a robar tiempo en casa. Tiempo para leer.

La propuesta, pues, es organizarnos en casa para tener todos tiempos para leer. Y como ya sabemos por películas y libros, para que los planes salgan bien hay que coordinarse y actuar de forma simultánea, así que eso es lo que vamos a buscar.

Proponed a la familia tener un ratito diario dedicado a leer. Pero no para vosotros, sino para todos. La idea es encontrar un breve respiro para compartir todos juntos unos instantes de lectura, para robar entre todos unos minutos al reloj que parece gobernar nuestras atareadas vidas y dedicar esos minutos a leer todos juntos. Cada uno su libro, cada uno a su ritmo, en silencio, compartiendo un espacio común, cómodo, quizás con algo de música suave de fondo. La idea es conseguir un ambiente relajado que ayude a perdernos dentro del libro.

Sé lo que me vais a decir. Que si llego muy cansado de trabajar, que si tengo un montón de trabajo en casa, que si el niño tiene que hacer los deberes, que si los extraescolares, que si... que si... que si... Vamos, venga ya. No estoy hablando de dos horas. Os hablo de 15 o 30 minutos nada más. Sí, ya sé que sois personas muy atareadas y con multitud de obligaciones, pero si estás leyendo esto, entonces es sin duda porque sientes esa misma inquietud que me domina a mí a veces, que te planteas qué puedes hacer para que ese niño, ese alumno, lea o, mejor aún, quiera leer. Tal vez es el momento de reevaluar esas prioridades tan urgentes que dominan tu vida. Si no eres capaz de robar 15 minutos (mejor 30, pero bueno, 15 también valen)... ¿realmente te preocupa tanto que lea? Venga, que seguro que tú también lo disfrutarás. Además, es un robo, ¿recuerdas? Estamos rompiendo la ley y las normas sociales, que nos dictan que cada minuto que no dedicamos a cosas tremendamente importantes e imprescindibles somos unas personas horribles que merecen el ostracismo y el oprobio de la sociedad. Pues hala, vamos a empezar nuestra etapa de salteadores de los caminos de Cronos haciéndolo en equipo, que estas cosas, compartidas, salen mejor.

Hay un punto que no debemos olvidar y es que no hay nada peor que la obligación para suscitar el deseo. Ya hablaremos otro día de la utilidad de las prohibiciones y los imperativos, pero por el momento, la idea es que este rato de lectura sea un pacto, un acuerdo entre todos. Hay que convencer al resto de lo genial que puede ser dedicar todos juntos un rato a la lectura. Y si además conseguís después que ello derive en una charla sobre lo que estáis leyendo, el objetivo (y el placer de la lectura compartida) se verá doblado. Compartir e intercambiar... una de las mejores formas de motivar, ¿verdad?

Así que, resumiendo, la propuesta es la siguiente: Destinar cada día a la lectura personal silenciosa un breve periodo de tiempo, y hacerlo todos a la vez, en compañía. Conviene llevarlo a cabo de forma pactada, y no como la imposición de uno de los miembros.

Mi niño no me lee nada (intro)

Tras un laaaargo silencio (algo que es habitual en mí, como sabéis bien los que me conocéis) inicio hoy una serie de breves textos sobre motivación lectora. No pretendo dogmatizar ni establecer sesudos análisis sobre la necesidad de la lectura y la importancia del saber y blablabla. Doctores tiene la iglesia, y no soy yo uno de ellos. Mi propuesta es mucho más simple. Tan sólo buscar una serie de técnicas y recursos destinados a facilitar la adquisición de ese sueño esquivo, en ocasiones aparentemente imposible, que es que nuestros hijos o alumnos lean. Espero simplemente que puedan llegar a seros útiles. Pero menos rollo y más meollo, que con lo poco que escribo, más vale que no me pierda en prolegómenos...
17 enero 2010

Guerra a la SGAE

Un amigo lanza una propuesta muy interesante. Echadle un vistazo, que el asunto lo merece

http://guerrasgae.blogspot.com/
03 diciembre 2009

Manifiesto en defensa de los derechos fundamentales en internet

Ante la inclusión en el Anteproyecto de Ley de Economía sostenible de modificaciones legislativas que afectan al libre ejercicio de las libertades de expresión, información y el derecho de acceso a la cultura a través de Internet, los periodistas, bloggers, usuarios, profesionales y creadores de internet manifestamos nuestra firme oposición al proyecto, y declaramos que...

1.- Los derechos de autor no pueden situarse por encima de los derechos fundamentales de los ciudadanos, como el derecho a la privacidad, a la seguridad, a la presunción de inocencia, a la tutela judicial efectiva y a la libertad de expresión.

2.- La suspensión de derechos fundamentales es y debe seguir siendo competencia exclusiva del poder judicial. Ni un cierre sin sentencia. Este anteproyecto, en contra de lo establecido en el artículo 20.5 de la Constitución, pone en manos de un órgano no judicial -un organismo dependiente del ministerio de Cultura-, la potestad de impedir a los ciudadanos españoles el acceso a cualquier página web.

3.- La nueva legislación creará inseguridad jurídica en todo el sector tecnológico español, perjudicando uno de los pocos campos de desarrollo y futuro de nuestra economía, entorpeciendo la creación de empresas, introduciendo trabas a la libre competencia y ralentizando su proyección internacional.

4.- La nueva legislación propuesta amenaza a los nuevos creadores y entorpece la creación cultural. Con Internet y los sucesivos avances tecnológicos se ha democratizado extraordinariamente la creación y emisión de contenidos de todo tipo, que ya no provienen prevalentemente de las industrias culturales tradicionales, sino de multitud de fuentes diferentes.

5.- Los autores, como todos los trabajadores, tienen derecho a vivir de su trabajo con nuevas ideas creativas, modelos de negocio y actividades asociadas a sus creaciones. Intentar sostener con cambios legislativos a una industria obsoleta que no sabe adaptarse a este nuevo entorno no es ni justo ni realista. Si su modelo de negocio se basaba en el control de las copias de las obras y en Internet no es posible sin vulnerar derechos fundamentales, deberían buscar otro modelo.

6.- Consideramos que las industrias culturales necesitan para sobrevivir alternativas modernas, eficaces, creíbles y asequibles y que se adecuen a los nuevos usos sociales, en lugar de limitaciones tan desproporcionadas como ineficaces para el fin que dicen perseguir.

7.- Internet debe funcionar de forma libre y sin interferencias políticas auspiciadas por sectores que pretenden perpetuar obsoletos modelos de negocio e imposibilitar que el saber humano siga siendo libre.

8.- Exigimos que el Gobierno garantice por ley la neutralidad de la Red en España, ante cualquier presión que pueda producirse, como marco para el desarrollo de una economía sostenible y realista de cara al futuro.

9.- Proponemos una verdadera reforma del derecho de propiedad intelectual orientada a su fin: devolver a la sociedad el conocimiento, promover el dominio público y limitar los abusos de las entidades gestoras.

10.- En democracia las leyes y sus modificaciones deben aprobarse tras el oportuno debate público y habiendo consultado previamente a todas las partes implicadas. No es de recibo que se realicen cambios legislativos que afectan a derechos fundamentales en una ley no orgánica y que versa sobre otra materia.

15 septiembre 2009

Autoridad

Leo a través de diversos medios que la presidenta de la Comunidad de Madrid propone una Ley de Autoridad del Profesor. No puedo evitar que me provoque sensaciones enfrentadas. Por un lado agradezco la idea de que desde la Administración, sea cual sea el nivel, se busque reconocer de forma clara y expresa la figura del docente y se busque protegerlo de esas agresiones que lamentablemente ya hemos tenido la desgracia de observar o conocer. Lo de que se le otorgue la categoría de autoridad pública, pues hombre, halagador es y se siente uno como más seguro (Si esto se extiende a otras comunidades...¿tendremos que llevar placa? jejeje), pero vamos, igual no hacía falta llegar a tanto. Pero claro, cuando veo que la sra. presidenta de la Comunidad de Madrid ha tenido esta idea al ver los disturbios de Pozuelo de Alarcón y leo que pese a que la pena impuesta por la justicia a un grupo de jóvenes causantes de destrozos y lesiones a agentes de la ley, no pasa de ser un castigo de los que me hubiera puesto mi propio padre por suspender (tres meses sin salir por la noche el fin de semana) y encima los padres de los chavales en cuestión no aceptan el castigo impuesto a sus hijos... pufff. Me empieza a bailar la cabeza. Igual lo que hace falta no es darnos a los profes rango de autoridad pública (que ojo, no seré yo el que se queje) sino empezar a meter en vereda a algunos padres antes que a los niños. Y claro, si los padres de los alumnos son incapaces de mostrarse respetuosos... ¿cómo lo va a ser sus retoños?

La verdad es que, a este respecto, he tenido bastante suerte. Ningún padre me ha amenazado nunca ni verbal ni físicamente (por desgracia, no todos los que comparten mi profesión pueden decir lo mismo). Pero si he podido vivir como un padre me devolvía el examen suspendido de su hijo con una nota que decía "No estoy de acuerdo con la nota. Según mi opinión, debería tener una calificación mucho más alta". Hala, a la brava, a la vista del chaval, que te entrega el examen con la nota con una ufana sonrisa sabiendo que quien tiene el respaldo es él, y no el profe. ¡Ja! A ver que se ha creído ese maestrillo, ¡suspender al chaval! Pero bueno, con lo majo que es mi niño... No es en el aula donde perdemos la autoridad, es en casa, cuando suceden cosas como esas. Eso sí, a esos mismos padres te los sueles encontrar unos años después y son los que te comentan: "No sé cónmo controlar a mi hijo, no me hace ningún caso, obra como le viene en gana. No, si esto es culpa del sistema educativo, que no sabe meterlos en cintura..."

Eso sí, lo de que debería volver la tarima, porque un maestro no debe estar al mismo nivel que sus alumnos... bueno, eso ya me parece un poquitín exagerado. No me han gustado nunca los podios y creo que el respeto (y con él la auténtica autoridad) no nace de que te eleves por encima de ellos... sino de la relación y el día a día.

Actualización apenas 12 horas después de colgar el post: La propuesta ya ha variado. Como ya sucede en otras partes, solo los docentes de la pública tendrán esa "categoría". Y como ya sucedió anteriormente, no puedo evitar preguntarme... ¿aprobar las "opos" te da poderes especiales? Lo digo por lo de la presunción de veracidad. No sé yo, no sé yo...
14 septiembre 2009

Han vuelto

Hoy han vuelto ellos. Con energías renovadas, con ganas de más, con el nerviosismo de iniciar un nuevo curso, con la desazón y la inseguridad de enfrentarse a un temario nuevo... Han vuelto. Y sinceramente, me alegro. Estas dos semanas pasadas de trabajo más administrativo, más de preparación, son necesarias. Imprescindibles, sin duda. Pero es que me resultan tan tediosas comparadas con la actividad diaria, con el "chute" de energía que ellos me proporcionan.

Vuelvo a tener el mismo grupo del año pasado. Ha habido algunas bajas, pero también altas. En la mirada de los que regresaban he querido creer que leía la alegría del reencuentro. En la de los recién llegados, quizás la incerteza de no conocer ni a sus compañeros ni a ese señor calvo, gordo y con gafas que estaba de pie frente a ellos. En ambos casos, he luchado durante las dos primeras horas por obtener una sonrisa, un momento de relajación, de conexión. Creo que lo he conseguido. Después el programa no me permitirá conseguir esos instantes con facilidad. ¡Hay tanto por hacer! Pero hoy era especial, hoy era el día de volver a mirarnos, volver a sonreír, volver a establecer el contacto, o iniciarlo en algún caso. He salido satisfecho, creo que lo hemos conseguido entre todos.

En un momento de pausa me he pasado a ver a los de 2º, 3º y 4º de ESO para que se apuntarán al taller de comunicación digital. Redacción periodística, edición de audio (vamos, podcasts) y fotografía digital. Ha sido divertido ver sus caras y adivinar en algunos las ganas de apuntarse, en otros el hastío propio de su edad (éstos no se apuntan ni a los patios) y en otros el deseo de participar enfrentado al "¿qué pensarán mis amigas/os? En cualquier caso, algunos de los que me ha parecido que tenían ganas, se han pasado a verme a la hora del patio para decirme que contara con ellos. Eso me ha encantado. Ya veremos quienes se pasan mañana a la sesión informativa. Lo importante es que se apunten los que de verdad tengan ganas de hacer cosas. Son los que luego no tiran la toalla a la primera dificultad, a la primera controversia. De todas formas, sólo por el hecho de venir mañana, saben que los recibiré con mi mejor sonrisa y los brazos abiertos. Con muchos de ellos, tenerlos en el taller de comunicación significa otro reencuentro, otra oportunidad de disfrutar con algunos de mis ex-bichos. Con otros, es tener la suerte de conocer a personas geniales con las que no había tenido la suerte de trabajar. En cualquier caso, sigo aprendiendo de todos y cada uno de ellos. De los de ESO en el taller. De mis bichos en clase. De los de 4º de EP en informática. ¡Me sigue quedando tanto por aprender!

Pero lo mejor de todos, es que tengo ganas, muchas ganas, de tirar adelante mil y un proyectos. Estoy cansado, físicamente cansado. En todo el día solo me he sentado para comer... pero me siento lleno de fuerzas, de impulso. Y es que ya se sabe, la energía ni se crea ni se destruye, solo se transforma. Y si hay algo que ellos transmiten es energía. A raudales.

Ya sé lo que me direis. Que en un par de semanas estaré cansado, que andaré agobiado, que esto quema mucho. Pero hoy me vuelvo a sentir un tanto quijotesco, y aunque veo esos molinos de viento en el horizonte... que demonios, apresto la lanza, espoleo a Rocinante y me juro que esos gigantes no me derribarán otra vez. Ya se sabe. Han vuelto.
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